domingo, 15 de julio de 2018

MI CRÍTICA AL MATERIALISMO FILOSÓFICO


Dados los avances en las ciencias exactas, principalmente en la física y las matemáticas, me parece que el realismo filosófico tiene hoy día menos argumentos que soporten la visión de una realidad única y externa al observador.

Realismo y materialismo filosóficos
El realismo filosófico postula que las cosas, ya sean materiales o abstractas, existen en sí y por sí mismas, independientes del observador. Al igual que el realismo, el materialismo defiende la idea de que las cosas existen en sí, independientemente del observador o de la conciencia. Lo único que existe en realidad, dice el materialismo, son las cosas materiales, no las abstractas, pues estas últimas son el resultado de una conciencia que se logra por una alta organización de la materia. Vemos aquí, que materialismo y realismo están de acuerdo en una cosa: todas las cosas existen independientemente de si alguien las observa o no. Equivale a decir que la materia existe, exista o no una conciencia.

Idealismo trascendental
En su “Crítica de la razón pura”, Immanuel Kant desarrolla su concepto de idealismo trascendental diciendo que todo lo que podamos concebir de la realidad, todo lo que podamos intuir en el tiempo y el espacio son meras representaciones a las que él llama fenómenos, los cuales no tienen existencia propia e independiente de nuestros pensamientos. En cambio, los noúmenos, o sea, las cosas en sí, no son alcanzables por nuestros sentidos o pensamientos, no son alcanzables por nuestra intuición sensible, sólo por una intuición intelectual que no poseemos, decía Kant.

Sin embargo, en la filosofía de Platón, el noúmeno representa el concepto que se tiene del fenómeno, al cual puede llegarse a través de la razón. Así que, para Platón, el noúmeno es la cosa en sí, las ideas y los conceptos razonados.

Constructivismo epistemológico
Para esta corriente de pensamiento, la realidad es una construcción de nuestra mente, una construcción para describir lo que observamos, utilizando y ordenando los datos que hemos obtenido, con los cuales alimentamos un modelo teórico. Esta concepción de la realidad la construimos gracias nuestras percepciones y datos empíricos, los cuales obtenemos a través de experimentos diseñados apropiadamente.

Ejemplificaré dos tipos de fenómenos totalmente diferentes, para los cuales se diseñaron finos experimentos que permitieron elaborar teorías consistentes que explican cada uno de dichos fenómenos:
1.       El comportamiento ondulatorio de la luz. Entre los destacados artífices de la teoría ondulatoria de la luz se encuentran Christian Huygens (finales del siglo XVII), Thomas Young (principios del siglo XIX) y James Clark Maxwell (finales del siglo XIX). Desarrollaron la teoría electromagnética considerando a la luz con una naturaleza eminentemente ondulatoria.

2.       El comportamiento corpuscular de la luz. La óptica de Newton (siglo XVII) está basada en considerar a la luz como corpúsculos. En 1905, Einstein demuestra que la luz está compuesta por partículas.

¿Son estos dos fenómenos diferentes que describen el mismo noúmeno?
Este es un ejemplo de fenómeno, que depende del dispositivo que lo detecte, del experimento que se haga y que da como con secuencia modelos y ecuaciones totalmente diferentes para describir supuestamente una misma realidad. Entonces ¿hay una realidad allá afuera, independiente del observador? Los ejemplos anteriores muestran que la respuesta es un rotundo “no”. Pero hay más ejemplos.

El experimento de la doble rendija.
Este experimento ha entusiasmado, pero también dejado estupefactos a todos los físicos, entre otras cosas, porque muestra claramente la dualidad onda-partícula de la materia. Si, por ejemplo, un fotón atraviesa una de las rendijas no sabemos con certeza, pero sí con cierta probabilidad, dónde va a caer, gracias a la ecuación de Schrödinger.  Esta misma ecuación nos permite considerar al fotón como una entidad dual, esto es, que mientras se dirige a la pantalla que está detrás de dos rendijas, el fotón atraviesa las dos al mismo tiempo, pues este puede estar en dos posiciones diferentes, tal como lo contempla la mecánica cuántica, y entonces interferir consigo mismo para que caiga en la pantalla en una de las posiciones permitidas por el fenómeno ondulatorio clásico, dando como consecuencia que el ensamble de partículas, esto es, el haz completo, pase a través de las rendijas y se forme el característico patrón de ondas conocido.

La ecuación de Schrödinger describe estos comportamientos con gran precisión, ¿es la ecuación la cosa en sí?
¿Pero cómo es la luz en sí? La manera científica de decirlo es a través de una ecuación, la de Schrödinger. La manera de interpretarlo humanamente es tan difícil y polémica, que ha dividido a los físicos a establecer diferentes interpretaciones. A continuación, daré una breve descripción de algunas de ellas:

Interpretación de Copenhague. Esta interpretación considera los principios de incertidumbre de Heisenberg y de complementariedad de Bohr. Mientras en la física clásica, donde se considera que un sistema de partículas es independiente del observador, dicho sistema actúa de manera determinista, esto es, se puede saber con precisión tanto la posición como la velocidad en todo momento, sin embargo, en mecánica cuántica lo que existe es indeterminismo: no se pueden saber ambas cosas al mismo tiempo, se debe elegir medir una de ellas. Según Bohr, la realidad de los sistemas cuánticos no es independiente del observador, pues este tiene que interactuar con ellos para poderlos ver. Si el electrón está en la posición A, y luego vemos que está en la posición B, no podemos hacer ninguna hipótesis de dónde estaba mientras pasaba de un punto a otro, y ni siquiera se puede asegurar que el electrón detectado en la posición B sea el mismo que el que estaba en la posición A.
Interpretación estadística. En este caso, se intenta recuperar el determinismo diciendo que el comportamiento del sistema de partículas es estadístico y al final el sistema quedaré en un estado predecible asignándole una probabilidad de comportamiento a cada partícula. El determinismo queda en la predicción certera que se hace del sistema.

Colapso objetivo. Todas las posibles historias de cada una de las partículas, colapsan en una única historia cuando la observamos.

Multiverso. En esta interpretación se recupera el determinismo, donde todas las posibles historias de cada partícula sí tienen lugar finalmente, pero en universos diferentes, aparentando un colapso de ellas en cada uno de los universos.

Interpretación de Bohm. En esta interpretación, la realidad es totalmente determinista, sólo que no conocemos todas las variables involucradas, es decir, hay variables ocultas, por eso vemos aleatoriedad.

Problemas decidibles vs. problemas indecidibles
Hoy por hoy, los científicos de la computación, saben que cualquier problema de la vida real, si  tiene solución entonces es equivalente a una de las máquinas de Turing. Una de las aportaciones de Alan Turing, fue haber demostrado que el conjunto de problemas que se pueden resolver, esto es, problemas decidibles es menor que el conjunto de problemas que no se pueden resolver (problemas indecidibles). La demostración la hizo utilizando el llamado corte diagonal de Cantor, verificando que puede contar las máquinas de Turing que resuelven problemas, de tal manera que se da cuenta que pueden existir tantas como los números naturales. Sin embargo, se da cuenta, también, que las máquinas de Turing que no pueden resolver problemas, son tantas como números reales hay, es decir, ¡no se pueden ni contar!
   Así que hay muchísimos más problemas allá afuera que ni siquiera tiene sentido abordarlos ni considerarlos para tratar de resolverlos porque ni siquiera se pueden considerar como verdaderos problemas a los que haya que ponerles atención, pues a nuestra mente se presentan como paradojas, contradicciones o simplemente como proposiciones o frases sin sentido alguno…¡y de estos hay muchos más que todos los problemas que la humanidad ha resuelto, está resolviendo y resolverá por los siglos de los siglos!
  Frases como el “vació es aquello que no tiene nada”, o bien, “la realidad externa es independiente del observador”, ¿tienen sentido? La primera ya la conocemos mejor, y sabemos que el vacío realmente no existe, lo que existe, sabemos ahora, es el vacío cuántico, ¡el cual está lleno de energía! Respecto a la segunda frase, es ahora ¡una frase sospechosamente sin sentido!

Mi concepción epistemológica
De esta manera, mi visión de las cosas está apegado a esta corriente de pensamiento: es idealista y es constructivista por las siguientes razones:

1.          La realidad de allá afuera debe ser todo lo que hay, el cual no puede conocerse debido a nuestra limitada percepción. Fuimos creados, diseñados, inventados o construidos de tal manera que los alcances de nuestro conocimiento e imaginación de las “cosas en sí” son limitadas, pero suficientes para inventar o encontrar mundos abstractos o ficticios, donde parte de ellos, incluso, se utilizan para describir una parte muy pequeña de ese todo.

2.    Para interpretar “las cosas en sí” tenemos modelos muy elegantes, que permiten adaptarnos, de una manera cada vez más compleja al medio ambiente. A menos que se rompa un cierto equilibrio, al parecer muy delicado, entre la acción de la conciencia humana y las demás fuerzas de la naturaleza, las cuales, por cierto, al no conocerse del todo podría ocasionarse una auto extinción en cualquier momento.

3.       Las ecuaciones que conocemos como leyes naturales, siguen con cierta aproximación los fenómenos de la naturaleza, sin llegar a ser aquellas un reflejo especular de las cosas en sí (o noúmenos, como les llamaba Kant). Los modelos que tenemos de la naturaleza, a los que les he llamado ajustes de curva, son precisamente un ajuste que nos permite cierta adaptación y predicción, sin embargo, sabemos con certeza que esos ajustes contienen siempre un error inherente. Así que, tener ajustes donde existe el error, por mínimo que sea, equivale a decir que nunca sabremos cómo son las cosas en sí. Lo que conocemos son fenómenos (representaciones) no noúmenos (cosas en sí).

4.       No parece que nos estemos acercando a la teoría del todo. Los fenómenos de la materia y energía oscuras descubiertos recientemente, así como el problema de describir con certeza el origen y evolución de la vida, y más aún, el fenómeno de la conciencia, son ejemplos que nos hacen pensar que los problemas a resolver siguen creciendo, sin ver un claro horizonte en la idea de que en algún momento llegaremos a comprenderlo todo.

Conclusión
Hay dos frases que quiero utilizar y que, a mi parecer, resumen las posturas representadas por el realismo y constructivismo epistemológico:

-   Dios no juega a los dados. Albert Einstein (Determinismo, Realismo).

-  Dios juega a los dados y los echa a donde nadie los ve. Stephen Hawking (Indeterminismo, Constructivismo epistemológico).

El materialismo y el realismo son demasiado deterministas y mecanicistas.
El idealismo y constructivismo son indeterministas y no mecanicistas, es decir ¡son realistas!

El lector puede estar en este momento totalmente convencido de que estamos en la indeterminación total y nada podemos hacer para escapar del caos que esto presenta. Sin embargo, lo que podemos concluir, estimado lector, es que siempre podemos divertirnos buscando y encontrando algoritmos para resolver problemas, pues, como dije, no parece haber un límite en el que estos dejarán de existir, por, precisamente, esa imposibilidad natural para conocerlo todo. Siempre encontraremos algún mecanismo para describir algún conjunto de fenómenos. Ello nos permitirá no perder la diversión y vivir felices, pues el componente determinista que tiene la naturaleza, siempre nos permitirá predecir algunas cosas, esto es, obtener ecuaciones, patrones o algoritmos.
   Como especie llevamos unos 250,000 años, los primeros seres vivos aparecieron hace unos 3,500 millones de años, la evolución química del universo lleva unos 13,800 millones de años, tiempo suficiente para haber sido codificados los más grandes secretos de la naturaleza, sin dar respuesta a todas las preguntas que una criatura como el ser humano puede llegar a concebir. ¿No es demasiado presuntuoso creer que en poco tiempo podamos llegar a tener una teoría del todo? ¿no es eso demasiada ingenuidad? Bueno, si la tomamos como meta, que nos permita jugar como niños en un inmenso bosque, divertirnos siempre al encontrar todos los días algo nuevo, conociendo algo de lo que posiblemente ya está escrito en toda la historia del universo, está bien, sigamos jugando como niños :-)