Dados los avances en las ciencias
exactas, principalmente en la física y las matemáticas, me parece que el realismo filosófico tiene hoy día menos
argumentos que soporten la visión de una realidad única y externa al
observador.
Realismo y materialismo filosóficos
El realismo filosófico postula
que las cosas, ya sean materiales o abstractas, existen en sí y por sí mismas,
independientes del observador. Al igual que el realismo, el materialismo
defiende la idea de que las cosas existen en sí, independientemente del
observador o de la conciencia. Lo único que existe en realidad, dice el
materialismo, son las cosas materiales, no las abstractas, pues estas últimas
son el resultado de una conciencia que se logra por una alta organización de la
materia. Vemos aquí, que materialismo y realismo están de acuerdo en una cosa:
todas las cosas existen independientemente de si alguien las observa o no.
Equivale a decir que la materia existe, exista o no una conciencia.
Idealismo
trascendental
En
su “Crítica de la razón pura”, Immanuel Kant desarrolla su concepto de
idealismo trascendental diciendo que todo lo que podamos concebir de la
realidad, todo lo que podamos intuir en el tiempo y el espacio son meras
representaciones a las que él llama fenómenos,
los cuales no tienen existencia propia e independiente de nuestros
pensamientos. En cambio, los noúmenos,
o sea, las cosas en sí, no son alcanzables por nuestros sentidos o pensamientos,
no son alcanzables por nuestra intuición sensible, sólo por una intuición
intelectual que no poseemos, decía Kant.
Sin embargo, en la
filosofía de Platón, el noúmeno representa el concepto que se tiene del
fenómeno, al cual puede llegarse a través de la razón. Así que, para Platón, el
noúmeno es la cosa en sí, las ideas y los conceptos razonados.
Constructivismo
epistemológico
Para esta corriente de
pensamiento, la realidad es una construcción de nuestra mente, una construcción
para describir lo que observamos, utilizando y ordenando los datos que hemos
obtenido, con los cuales alimentamos un modelo teórico. Esta concepción de la
realidad la construimos gracias nuestras percepciones y datos empíricos, los
cuales obtenemos a través de experimentos diseñados apropiadamente.
Ejemplificaré dos tipos de
fenómenos totalmente diferentes, para los cuales se diseñaron finos
experimentos que permitieron elaborar teorías consistentes que explican cada
uno de dichos fenómenos:
1. El comportamiento ondulatorio de la luz.
Entre los destacados artífices de la teoría ondulatoria de la luz se encuentran
Christian Huygens (finales del siglo XVII), Thomas Young (principios del siglo
XIX) y James Clark Maxwell (finales del siglo XIX). Desarrollaron la teoría
electromagnética considerando a la luz con una naturaleza eminentemente
ondulatoria.
2. El comportamiento corpuscular de la luz. La óptica de Newton (siglo XVII) está basada en considerar a la luz como corpúsculos. En 1905, Einstein demuestra que la luz está compuesta por partículas.
¿Son estos dos fenómenos
diferentes que describen el mismo noúmeno?
Este es un ejemplo de fenómeno,
que depende del dispositivo que lo detecte, del experimento que se haga y que
da como con secuencia modelos y ecuaciones totalmente diferentes para describir
supuestamente una misma realidad. Entonces ¿hay una realidad allá afuera,
independiente del observador? Los ejemplos anteriores muestran que la respuesta
es un rotundo “no”. Pero hay más ejemplos.
El experimento de la doble rendija.
Este experimento ha entusiasmado,
pero también dejado estupefactos a todos los físicos, entre otras cosas, porque
muestra claramente la dualidad onda-partícula de la materia. Si, por ejemplo,
un fotón atraviesa una de las rendijas no sabemos con certeza, pero sí con
cierta probabilidad, dónde va a caer, gracias a la ecuación de
Schrödinger. Esta misma ecuación nos
permite considerar al fotón como una entidad dual, esto es, que mientras se dirige
a la pantalla que está detrás de dos rendijas, el fotón atraviesa las dos al
mismo tiempo, pues este puede estar en dos posiciones diferentes, tal como lo
contempla la mecánica cuántica, y entonces interferir consigo mismo para que
caiga en la pantalla en una de las posiciones permitidas por el fenómeno
ondulatorio clásico, dando como consecuencia que el ensamble de partículas, esto
es, el haz completo, pase a través de las rendijas y se forme el característico
patrón de ondas conocido.
La ecuación de Schrödinger
describe estos comportamientos con gran precisión, ¿es la ecuación la cosa en
sí?
¿Pero cómo es la luz en sí? La
manera científica de decirlo es a través de una ecuación, la de Schrödinger. La
manera de interpretarlo humanamente es tan difícil y polémica, que ha dividido
a los físicos a establecer diferentes interpretaciones. A continuación, daré
una breve descripción de algunas de ellas:
Interpretación de Copenhague. Esta interpretación considera los
principios de incertidumbre de Heisenberg y de complementariedad de Bohr. Mientras en la física clásica, donde se
considera que un sistema de partículas es independiente del observador, dicho
sistema actúa de manera determinista, esto es, se puede saber con precisión
tanto la posición como la velocidad en todo momento, sin embargo, en mecánica
cuántica lo que existe es indeterminismo: no se pueden saber ambas cosas al
mismo tiempo, se debe elegir medir una de ellas. Según Bohr, la realidad de los
sistemas cuánticos no es independiente del observador, pues este tiene que
interactuar con ellos para poderlos ver. Si el electrón está en la posición A,
y luego vemos que está en la posición B, no podemos hacer ninguna hipótesis de
dónde estaba mientras pasaba de un punto a otro, y ni siquiera se puede asegurar
que el electrón detectado en la posición B sea el mismo que el que estaba en la
posición A.
Interpretación
estadística. En este caso, se
intenta recuperar el determinismo diciendo que el comportamiento del sistema de
partículas es estadístico y al final el sistema quedaré en un estado predecible
asignándole una probabilidad de comportamiento a cada partícula. El
determinismo queda en la predicción certera que se hace del sistema.
Colapso objetivo. Todas las posibles historias de cada una de las
partículas, colapsan en una única historia cuando la observamos.
Multiverso. En esta interpretación se recupera el determinismo, donde
todas las posibles historias de cada partícula sí tienen lugar finalmente, pero
en universos diferentes, aparentando un colapso de ellas en cada uno de los
universos.
Interpretación de Bohm. En esta interpretación, la realidad es totalmente
determinista, sólo que no conocemos todas las variables involucradas, es decir,
hay variables ocultas, por eso vemos aleatoriedad.
Problemas decidibles vs.
problemas indecidibles
Hoy por hoy, los científicos de la computación, saben que cualquier
problema de la vida real, si tiene
solución entonces es equivalente a una de las máquinas de Turing. Una de las
aportaciones de Alan Turing, fue haber demostrado que el conjunto de problemas
que se pueden resolver, esto es, problemas decidibles
es menor que el conjunto de problemas que no se pueden resolver (problemas indecidibles). La demostración la hizo
utilizando el llamado corte diagonal de
Cantor, verificando que puede contar las máquinas de Turing que resuelven
problemas, de tal manera que se da cuenta que pueden existir tantas como los
números naturales. Sin embargo, se da cuenta, también, que las máquinas de
Turing que no pueden resolver problemas, son tantas como números reales hay, es
decir, ¡no se pueden ni contar!
Así que hay muchísimos más
problemas allá afuera que ni siquiera tiene sentido abordarlos ni considerarlos
para tratar de resolverlos porque ni siquiera se pueden considerar como
verdaderos problemas a los que haya que ponerles atención, pues a nuestra mente
se presentan como paradojas, contradicciones o simplemente como proposiciones o
frases sin sentido alguno…¡y de estos hay muchos más que todos los problemas
que la humanidad ha resuelto, está resolviendo y resolverá por los siglos de
los siglos!
Frases como el “vació es aquello
que no tiene nada”, o bien, “la realidad externa es independiente del
observador”, ¿tienen sentido? La primera ya la conocemos mejor, y sabemos que
el vacío realmente no existe, lo que existe, sabemos ahora, es el vacío
cuántico, ¡el cual está lleno de energía! Respecto a la segunda frase, es ahora
¡una frase sospechosamente sin sentido!
Mi concepción epistemológica
De esta manera, mi visión de las
cosas está apegado a esta corriente de pensamiento: es idealista y es
constructivista por las siguientes razones:
1. La
realidad de allá afuera debe ser todo
lo que hay, el cual no puede conocerse debido a nuestra limitada percepción.
Fuimos creados, diseñados, inventados o construidos de tal manera que los
alcances de nuestro conocimiento e imaginación de las “cosas en sí” son
limitadas, pero suficientes para inventar o encontrar mundos abstractos o
ficticios, donde parte de ellos, incluso, se utilizan para describir una parte
muy pequeña de ese todo.
2. Para
interpretar “las cosas en sí” tenemos modelos muy elegantes, que permiten
adaptarnos, de una manera cada vez más compleja al medio ambiente. A menos que
se rompa un cierto equilibrio, al parecer muy delicado, entre la acción de la
conciencia humana y las demás fuerzas de la naturaleza, las cuales, por cierto,
al no conocerse del todo podría ocasionarse una auto extinción en cualquier
momento.
3. Las
ecuaciones que conocemos como leyes naturales, siguen con cierta aproximación
los fenómenos de la naturaleza, sin llegar a ser aquellas un reflejo especular
de las cosas en sí (o noúmenos, como les llamaba Kant). Los modelos que tenemos
de la naturaleza, a los que les he llamado ajustes de curva, son precisamente un
ajuste que nos permite cierta adaptación y predicción, sin embargo, sabemos con
certeza que esos ajustes contienen siempre un error inherente. Así que, tener
ajustes donde existe el error, por mínimo que sea, equivale a decir que nunca
sabremos cómo son las cosas en sí. Lo que conocemos son fenómenos
(representaciones) no noúmenos (cosas en sí).
4. No
parece que nos estemos acercando a la teoría
del todo. Los fenómenos de la materia y energía oscuras descubiertos
recientemente, así como el problema de describir con certeza el origen y
evolución de la vida, y más aún, el fenómeno de la conciencia, son ejemplos que
nos hacen pensar que los problemas a resolver siguen creciendo, sin ver un
claro horizonte en la idea de que en algún momento llegaremos a comprenderlo
todo.
Conclusión
Hay dos frases que quiero
utilizar y que, a mi parecer, resumen las posturas representadas por el
realismo y constructivismo epistemológico:
- Dios no juega a los dados. Albert Einstein
(Determinismo, Realismo).
- Dios juega a los dados y los echa a donde nadie
los ve. Stephen Hawking (Indeterminismo, Constructivismo epistemológico).
El materialismo y el realismo son
demasiado deterministas y mecanicistas.
El idealismo y constructivismo
son indeterministas y no mecanicistas, es decir ¡son realistas!
El lector puede estar en este
momento totalmente convencido de que estamos en la indeterminación total y nada
podemos hacer para escapar del caos que esto presenta. Sin embargo, lo que
podemos concluir, estimado lector, es que siempre podemos divertirnos buscando
y encontrando algoritmos para resolver problemas, pues, como dije, no parece
haber un límite en el que estos dejarán de existir, por, precisamente, esa
imposibilidad natural para conocerlo todo. Siempre encontraremos algún
mecanismo para describir algún conjunto de fenómenos. Ello nos permitirá no
perder la diversión y vivir felices, pues el componente determinista que tiene
la naturaleza, siempre nos permitirá predecir algunas cosas, esto es, obtener
ecuaciones, patrones o algoritmos.
Como especie llevamos unos
250,000 años, los primeros seres vivos aparecieron hace unos 3,500 millones de
años, la evolución química del universo lleva unos 13,800 millones de años,
tiempo suficiente para haber sido codificados los más grandes secretos de la
naturaleza, sin dar respuesta a todas las preguntas que una criatura como el
ser humano puede llegar a concebir. ¿No es demasiado presuntuoso creer que en
poco tiempo podamos llegar a tener una teoría del todo? ¿no es eso demasiada
ingenuidad? Bueno, si la tomamos como meta, que nos permita jugar como niños en
un inmenso bosque, divertirnos siempre al encontrar todos los días algo nuevo, conociendo
algo de lo que posiblemente ya está escrito en toda la historia del universo,
está bien, sigamos jugando como niños :-)